La búsqueda por la sostenibilidad ha llevado a empresas y productores rurales a adoptar medidas para reducir su impacto ambiental. Según el empresario Aldo Vendramin, la certificación de carbono neutro es una de las herramientas más eficaces para demostrar ese compromiso. Pero ¿cómo funciona este proceso y cómo pueden las organizaciones demostrar que han neutralizado sus emisiones? A continuación, exploraremos los detalles de la certificación y los pasos necesarios para obtenerla. ¡Siga leyendo y descubra cómo su empresa o finca puede volverse carbono neutro!
¿Qué es la certificación de carbono neutro?
La certificación de carbono neutro acredita que una empresa, propiedad rural o proyecto ha compensado todas sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante acciones como reforestación, uso de energías renovables o compra de créditos de carbono. Como destaca Aldo Vendramin, este sello no solo refuerza la responsabilidad ambiental, sino que también agrega valor a la marca ante consumidores e inversores. Para obtener la certificación, es necesario seguir normas internacionales, como las del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), y realizar un inventario detallado de emisiones.

¿Cómo demuestran las empresas la neutralización de emisiones?
El primer paso para que una empresa se convierta en carbono neutro es calcular su huella de carbono, considerando desde el consumo energético hasta el transporte de productos, según explica Aldo Vendramin. Este levantamiento debe realizarse con el apoyo de especialistas en sostenibilidad y utilizando metodologías reconocidas, como el Protocolo GEI (GHG Protocol).
Después de medir las emisiones, la organización debe implementar estrategias para reducirlas, como eficiencia energética y logística sostenible. Lo que no sea posible eliminar debe compensarse mediante proyectos ambientales, como la compra de créditos de carbono o el apoyo a iniciativas de reforestación.
¿Y las fincas? ¿Cómo pueden volverse carbono neutro?
En el agro, la certificación de carbono neutro ha ganado relevancia, especialmente en propiedades que adoptan prácticas sostenibles como la agricultura regenerativa y la Integración Cultivo-Ganadería-Bosque (ICGB). Según Aldo Vendramin, el sector agropecuario tiene un gran potencial para secuestrar carbono en el suelo, convirtiéndose en aliado contra el cambio climático.
Para demostrar la neutralización, las fincas deben auditar sus emisiones, incluyendo gases como el metano (generado por la ganadería) y el óxido nitroso (liberado por fertilizantes). Después, deben invertir en proyectos de restauración forestal o energías limpias, como biodigestores.
¿Cuáles son los beneficios de ser carbono neutro?
Además del impacto ambiental positivo, la certificación de carbono neutro aporta ventajas competitivas a empresas y fincas. Como destaca el empresario Aldo Vendramin, los consumidores son cada vez más exigentes y valoran marcas que demuestran responsabilidad socioambiental, lo que puede traducirse en mayor fidelidad y acceso a nuevos mercados.
Otro beneficio es la atracción de inversiones, ya que los fondos sostenibles priorizan negocios alineados con criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza). Las empresas certificadas también pueden beneficiarse de incentivos fiscales y líneas de crédito especiales, como las ofrecidas por el Banco de la Amazonía para proyectos de bajo carbono.
El futuro es carbono neutro
En resumen, la certificación de carbono neutro ha dejado de ser una opción para convertirse en una estrategia esencial para empresas y propiedades rurales que buscan mantenerse en el mercado a largo plazo. Ante las crecientes exigencias regulatorias, la presión de los consumidores por sostenibilidad y los riesgos climáticos, neutralizar las emisiones ya no es solo una cuestión de responsabilidad ambiental, sino también de competitividad y resiliencia financiera.
Por lo tanto, el momento de actuar es ahora. Gobiernos, inversores y consumidores están priorizando los negocios alineados con los principios ESG, y quienes no se adapten quedarán rezagados. Así que, si su empresa o finca aún no ha comenzado este camino, no espere a que el cambio climático o las regulaciones hagan que la transición sea más urgente, y más costosa.
Autor: Warren L. Moore