Braulio Henrique Dias Viana resalta que la economía circular representa un cambio de paradigma en la forma en que las empresas gestionan los recursos, la producción y el consumo. A diferencia del modelo lineal, basado en extraer, producir, usar y desechar, la economía circular propone el reaprovechamiento continuo de materiales, la reducción de residuos y la creación de ciclos productivos más eficientes. En este contexto, la gestión empresarial que adopta prácticas circulares no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también obtiene una ventaja competitiva significativa.
Más que una tendencia, la economía circular se ha convertido en una necesidad frente a las presiones regulatorias, las expectativas de los consumidores y los desafíos relacionados con la escasez de recursos. Las empresas que implementan estrategias circulares fortalecen su reputación, reducen costes y se posicionan de manera diferenciada en mercados cada vez más exigentes.
La importancia de la economía circular para las organizaciones modernas
La adopción de modelos circulares impacta directamente en la eficiencia operativa y en la innovación. De acuerdo con Braulio Henrique Dias Viana, la integración de prácticas como el reciclaje, la reutilización y el diseño sostenible amplía la capacidad de las empresas para optimizar procesos, reducir desperdicios y crear nuevos modelos de negocio. Este enfoque también fortalece la relación con los stakeholders, ya que tanto consumidores como inversores valoran a las organizaciones comprometidas con la responsabilidad socioambiental.
Además del impacto ambiental positivo, la economía circular impulsa la creación de nuevos mercados y cadenas de valor. Las empresas que desarrollan productos modulares, de fácil mantenimiento o reciclables, por ejemplo, logran atender la creciente demanda de soluciones sostenibles e innovadoras. Esto genera oportunidades de diferenciación y aumenta la competitividad en sectores altamente disputados.
Estrategias para implementar la economía circular en la gestión empresarial
La aplicación de la economía circular requiere un cambio de mentalidad y de procesos. Una de las primeras estrategias es el rediseño de productos, priorizando materiales renovables y modelos que faciliten el desmontaje y el reciclaje. Braulio Henrique Dias Viana analiza que este rediseño permite reducir costes a lo largo del ciclo de vida y estimula el consumo consciente, beneficiando tanto a empresas como a consumidores.

Otra estrategia es la creación de cadenas de suministro sostenibles. Establecer alianzas con proveedores comprometidos con prácticas circulares refuerza la consistencia del proceso y amplía el impacto positivo en toda la cadena de valor. Asimismo, invertir en logística inversa posibilita que los productos desechados regresen al ciclo productivo, evitando desperdicios y promoviendo una mayor eficiencia.
Desafíos de la transición hacia el modelo circular
A pesar de los beneficios, la implementación de la economía circular aún enfrenta desafíos. Los costes iniciales, la necesidad de adaptación tecnológica y la resistencia cultural están entre los principales obstáculos. Sin embargo, Braulio Henrique Dias Viana subraya que estas barreras pueden superarse mediante consultorías especializadas, que ofrecen soluciones adaptadas a la realidad de cada empresa y apoyan en la construcción de estrategias graduales de transición.
La medición de resultados es otro reto relevante. Muchas organizaciones tienen dificultades para cuantificar el impacto de sus prácticas circulares. Por eso, es fundamental adoptar indicadores claros, capaces de evaluar no solo el desempeño ambiental, sino también los beneficios financieros y sociales. Esta medición fortalece la toma de decisiones y demuestra el valor estratégico de la economía circular.
Economía circular: sostenibilidad como diferencial competitivo
Ante este escenario, la economía circular se consolida como un enfoque que une sostenibilidad y competitividad. Braulio Henrique Dias Viana destaca que las empresas que adoptan prácticas circulares construyen una reputación sólida, reducen riesgos regulatorios y amplían su capacidad de innovación.
De este modo, la sostenibilidad deja de ser únicamente un compromiso ético para transformarse en un motor de ventaja competitiva. Las organizaciones que aplican la economía circular en su gestión no solo preservan los recursos naturales, sino que también conquistan nuevos mercados y aseguran un crecimiento sostenible a largo plazo.
Autor: Warren L. Moore