Para el entendido Paulo Augusto Berchielli, con la creciente preocupación por la salud y la calidad de los alimentos, saber interpretar etiquetas se ha convertido en una habilidad esencial para los consumidores conscientes. Esta información puede ayudar a tomar decisiones informadas sobre qué poner en el plato, garantizando elecciones más saludables y alineadas con los objetivos nutricionales. Sin embargo, muchas etiquetas presentan términos técnicos y datos que pueden generar confusión.
Descubre cómo descifrar la información de las etiquetas y utilizarla para mejorar tu alimentación.
Qué observar primero en la etiqueta de los alimentos?
El punto de partida en la lectura de una etiqueta es la lista de ingredientes. Esta presenta los componentes del alimento en orden decreciente de cantidad, es decir, el primer ítem es el más presente en el producto. Evita alimentos cuyo primer ingrediente sea azúcar, aceites refinados o grasas saturadas. Además, presta atención a ingredientes con nombres complicados o artificiales, que pueden indicar la presencia de aditivos o conservantes.
Otro aspecto crucial es la tabla nutricional, que proporciona información sobre las cantidades de calorías, grasas, proteínas, carbohidratos, fibras y sodio. Observa el tamaño de la porción indicada, ya que los valores presentados se refieren únicamente a esa cantidad específica. Como sugiere Paulo Augusto Berchielli, esta etapa es esencial para evitar excesos, especialmente de componentes como sodio y grasas saturadas, que pueden ser perjudiciales para la salud en grandes cantidades.
Cómo identificar ingredientes que pueden ser perjudiciales?
Muchos alimentos industrializados contienen ingredientes que deben ser consumidos con moderación. Como explica Paulo Augusto Berchielli, el sodio, por ejemplo, es un conservante común, pero en exceso puede aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Lee la tabla nutricional para verificar la cantidad de sodio por porción y compárala con la recomendación diaria, que ronda los 2,000 mg para adultos.
Otro punto de atención es la presencia de azúcares añadidos, que pueden aparecer bajo diferentes nombres, como sacarosa, jarabe de maíz o glucosa. Incluso alimentos considerados saludables, como yogures y barritas de cereales, pueden contener altas cantidades de azúcar. Al identificar estas sustancias, opta por alternativas con menos azúcares o sin adición de ellos, priorizando alimentos con azúcares naturales, como frutas.
Qué información adicional puede ayudar en la elección?
Los sellos y certificaciones presentes en las etiquetas también ofrecen información útil. Como menciona Paulo Augusto Berchielli, productos con sellos como “orgánico” o “libre de transgénicos” indican estándares específicos de calidad. Ya el sello de “alimento integral” garantiza que el producto contiene una mayor cantidad de granos integrales, que son ricos en fibras y beneficiosos para la salud.
Otro aspecto importante son las alegaciones nutricionales, como “bajo en grasa” o “rico en fibras”. Aunque útiles, es esencial verificar la tabla nutricional para confirmar esta información, ya que muchas veces pueden ser utilizadas de forma exagerada o no tan significativa. Entender el contexto de cada producto ayuda a evitar trampas del marketing y a elegir con más claridad.
Por último, leer etiquetas de alimentos de forma eficaz es un paso esencial para mejorar la calidad de la alimentación y cuidar la salud. Al entender la lista de ingredientes, analizar la tabla nutricional y prestar atención a sellos y certificaciones, puedes hacer elecciones más informadas y alineadas con tus necesidades. Como destaca el entendido Paulo Augusto Berchielli, esta práctica, aunque simple, permite una mayor autonomía sobre tu alimentación y contribuye a una vida más saludable y equilibrada.